2025 Cliburn Competition: Aristo Sham - Semifinal Round (Live)

La interpretación de Aristo Sham, que le valió la medalla de oro en el Concurso Internacional de Piano Van Cliburn, se nutre de raíces que se remontan a las primeras lecciones que recibió de su madre, una maestra de piano. Lo que aprendió cuando tenía tres años en su casa de Hong Kong dio inicio a un viaje verdaderamente excepcional de descubrimiento personal y desarrollo artístico, inspirado por los días de escuela en Harrow, una de las escuelas privadas más importantes de Inglaterra, así como por su título universitario conjunto de la Universidad de Harvard y el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra, y por sus estudios de posgrado en la Escuela Juilliard de Música de Nueva York. Se espera que su surgimiento en el escenario mundial, impulsado por el éxito de la competencia anterior, continúe gracias a su triunfo definitivo en el Cliburn, uno de los concursos de piano más prestigiosos y exigentes. “El Cliburn duró tres semanas, pero se sintió como si hubieran sido cinco años”, dice Aristo Sham a Apple Music Classical. “Sentí que estaba aprendiendo algo en cada momento. Lo mejor de participar en esta competencia es que llegué a ser una persona completamente distinta, no sólo por el premio, sino por lo mucho que sentí que había crecido y desarrollado en este tiempo. La plataforma y la exposición que obtuvimos de este concurso, y el apoyo que recibimos de la organización y el público de todo el mundo es increíble. Creo que hay muy pocas oportunidades como esta de unir así a las personas”. A lo largo de cuatro rondas, Sham y sus compañeros finalistas tocaron un mínimo de cuatro horas de música. Un premio monetario de seis cifras, recitales internacionales y conciertos, las grabaciones en vivo tomadas de la competencia y el apoyo para su desarrollo profesional son algunos de los beneficios que obtiene el primer lugar. Las medallas de plata y bronce, Vitaly Starikov y Evren Ozel, respectivamente, también recibieron cuantiosos reconocimientos monetarios, así como oportunidades de carrera que representan un éxito asegurado. Sham dejó su huella en la competencia con obras técnicamente demandantes y musicalmente difíciles. Inauguró su ronda preliminar con la transcripción virtuosa de Busoni de “Chaconne” de la Partita en re menor de J. S. Bach, dedicó su cuarta de final a la sonata “Hammerklavier” de Beethoven, un referente importante del repertorio, y presentó una rica mezcla de Bach, Scriabin y Rachmaninoff en su semifinal como solista. “En mi programación, tuve la idea de que todo debería funcionar como una presentación artística de mí mismo”, explica Sham. “Intenté representar tantas facetas de mí como fuera posible en cada programa y, a través de cada actuación y cada ronda, creo que revelé un poco más de mi talento. Por supuesto, ¡nunca más volveré a participar en otra competencia! Pero creo que son estas condiciones extremas las que nos llevan a dar lo mejor. Eso es lo valioso de estas grandes competencias, además de todo lo que ganamos en términos de nuestra carrera. Nos metimos en esta incubadora y encontramos, en la parte más profunda de nosotros, lo mejor de nosotros mismos”. ¿Qué fue lo más destacado del concurso Cliburn para Aristo Sham? “Hubo momentos en los que sentí que ciertas cosas encajaban, tanto en mi práctica como en el escenario”, responde.“Para mí, un momento decisivo fue en la semifinal, después del primer Étude de los Études-tableaux de Rachmaninoff. Esa fue la primera vez que sentí que estaba tocando un concierto y que ya no estaba en el concurso. Sentí que estaba fluyendo completamente. En las dos primeras rondas, tuve la sensación de no estar tan libre como lo estaría en un concierto, y estaba luchando por cada momento. Pero, a partir de ese punto, a la mitad del recital de la semifinal, sentí que podía hablar, expresarme y comunicarme libremente. En los tres conciertos que le siguieron, sentí que realmente esto era lo mío, que estaba ahí simplemente para tocar mi música y darle a todo el mundo un momento memorable”. La transmisión en vivo de cada sesión del Cliburn conectó a sus participantes con una importante audiencia global. Las tomas de Aristo Sham, con el director Marin Alsop y la Orquesta Sinfónica de Fort Worth, lograron captar su buena relación en la ronda final con la interpretación del Concierto para Piano No. 2 de Brahms y el Concierto para Piano No. 1 de Mendelssohn. Las grabaciones en vivo de sus participaciones en las diferentes rondas del concurso también capturaron la claridad de su interpretación, la línea melódica y la previsión de la estructura subyacente de la música. “Creo que es importante tener muy claro qué estamos intentando comunicar para que todo el mundo pueda entenderlo”, comenta. “No me gusta la idea de que el público necesite conocer estas piezas para disfrutarlas, o que tenga que comprender algo sobre un compositor en específico para entender su música. Creo que no es así. El intérprete debe ser tan claro en su comunicación como para hacer que la actuación sea atractiva y agradable para todo el mundo”.