- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2016 · 3 piezas · 31 min
Concierto para piano n.º 21 en do mayor
Mozart innovó el virtuosismo en el piano al enfocarse más en la calidad de las ideas musicales de la interpretación y en el sonido que en la velocidad. “Es más fácil tocar rápido una pieza que despacio”, escribió a su padre, Leopold, “pero, ¿es música genuina?”. Como si respondiera a esa pregunta, durante los ajetreados meses de febrero y principios de marzo de 1785, Mozart compuso su Concierto para piano no. 21 en do mayor, K. 467, que se estrenó el 10 de marzo de 1785. Gracias a un programa de mano se sabe que Mozart improvisó con la ayuda de un gran pedal adicional que colocó debajo de su instrumento habitual. Sin embargo, se desconoce cómo sonaba, pues no se conservan el pedal ni las cadencias solistas. En el “Allegro maestoso” inicial, Mozart juega con las convenciones de la música marcial, su apertura es casi imperceptible y la entrada del piano retrasa de manera burlona la marcha principal, mientras que el final transporta al animado mundo de la ópera bufa. En medio de la pieza, presenta un “Andante” de ensueño que hace flotar una exquisita melodía.