- SELECCIÓN EDITORIAL
- 2014 · 3 piezas · 38 min
Concierto para violonchelo en si menor
Un pilar noble y expansivo dentro del repertorio para el violonchelo, el Concierto para violonchelo en si menor de Dvořák está empapado de toda la nostalgia que el compositor había acumulado desde que abandonó su Bohemia natal. Compuso el concierto en 1894 durante su tercer y último año como director del Conservatorio de Nueva York. La inspiración fluyó de múltiples fuentes, que incluyen el Concierto para violonchelo n.º 2 de Victor Herbert, que le enseñó a Dvořák a crear un balance entre solista y orquesta. Dvořák anticipaba un regreso feliz y definitivo a su patria y por esto invocó el espíritu de la música folclórica checa, especialmente en el movimiento final. Pero su felicidad se vio empañada por noticias personales. Luego de un sombrío primer movimiento apoyado en dos temas memorables, el “Adagio” es un homenaje a Josefina Kaunitzová, la cuñada y antigua alumna de piano de Dvořák, que se había enfermado de gravedad. Incluye una cita de una de sus canciones, “Lasst mich allein” (“Déjame en paz”), que era predilecta de Josefina. Mientras escribía el final (en formato de danza), Dvořák se enteró de su muerte y agregó una coda contemplativa como tributo. “El final concluye gradualmente en diminuendo, como un suspiro”, escribió, “y después crece nuevamente, la orquesta domina los últimos compases y todo termina en un clima tempestuoso”. Cuando el chelista británico Leo Stern estrenó la obra en 1896, en Londres, bajo la batuta del compositor, fue un éxito inmediato.